Un coro de analistas opina hoy que los movimientos armados rusos en la frontera con Ucrania obedecen a la visi贸n de Vladimir Putin de restaurar la Gran Rusia, la masa territorial sovi茅tica y previamente los confines de la Rusia imperial de los zares.
Dicha interpretaci贸n es en parte correcta. Sin embargo, el tema es mucho m谩s complejo. No otra cosa podr铆a esperarse de Putin, antiguo teniente coronel de la KGB sovi茅tica, los servicios de inteligencia en la acepci贸n amplia y global que el Kremlin atribu铆a a dicha agencia. Recordemos que ah铆 se albergaban los gerentes del espionaje, de los secuestros y asesinatos, as铆 como de la promoci贸n de sublevaciones y la ingesti贸n de territorios ajenos e, incluso, pa铆ses enteros.
As铆 era el men煤 de Putin cuando operaba en la Alemania del Este. Las viejas ma帽as suelen persistir, por lo que no deber铆a extra帽arnos que todav铆a hoy maticen las decisiones de la autocracia rusa.
En todo caso, el entorno de Putin ha cambiado conforme a las nuevas realidades surgidas de la Segunda Guerra Mundial y la evoluci贸n de Rusia tras la debacle de la URSS. Ese giro ha generado desafiantes y cambiantes ideas e instituciones como la ONU, la Uni贸n Europea y la OTAN, entre otras. El papel de las grandes potencias tambi茅n ha variado en composici贸n y preeminencia. Y el intercambio intelectual y comercial ha devenido en uno de los ejes primordiales del mundo contempor谩neo.
Confianza devaluada. Con este trasfondo, Estados Unidos sigue siendo una pieza fundamental del orden imperante. Por esta raz贸n, Mosc煤 necesita de Washington y, por ello, las percepciones que proyecte Estados Unidos son primordiales para el Kremlin. Lamentablemente, la actual Administraci贸n estadounidense ha devaluado la confianza que merece esta gran naci贸n.
Hace dos semanas, el primer ministro interino de Ucrania, Arseniy Yatsenyuk, fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Obama. El visitante qued贸 embrujado por la ret贸rica entusiasta de su anfitri贸n frente a los periodistas que acuden a estos eventos. En particular, las seguridades que Obama hab铆a reiterado ante los medios de apoyar la defensa de Ucrania impulsaron al primer ministro, en la sesi贸n privada que sigui贸, a presentar una lista de pedidos militares: tanques, aviones, municiones avanzadas y muchos otros renglones de esta 铆ndole. Cu谩l ser铆a la tristeza que invadi贸 a Yatsenyuk cuando, al d铆a siguiente, la prensa inform贸 de que Estados Unidos proporcionar铆a raciones alimenticias para los soldados ucranios. Nada de tanques, nada de aviones, nada de municiones.
Algo similar ocurri贸 esta semana. Ante el temor que actualmente provocan las 40.000 tropas rusas desplegadas en la frontera con Ucrania, la OTAN decidi贸 fortalecer su presencia en los pa铆ses exsat茅lites sovi茅ticos que se incorporaron a la alianza.
Ret贸rica superlativa. La ret贸rica de la Casa Blanca fue superlativa al se帽alar que Estados Unidos iba a reforzar esa demostraci贸n de solidaridad con Ucrania. En la letra menuda del comunicado oficial se detallaba que la presencia militar norteamericana ser铆a una compa帽铆a de soldados por dos semanas. En t茅rminos castrenses, una compa帽铆a son 150 reclutas. Otro chasco m谩s.
Estos episodios no agotan la perplejidad que provocan los comunicados y declaraciones del presidente y algunos de sus colaboradores. El problema se ha ahondado y la prensa ha sido sumamente cr铆tica.
No ha escapado a la atenci贸n p煤blica c贸mo Putin ha ido tomando ventajas de esos desbordes ret贸ricos de la Administraci贸n. El presidente ruso dice que s铆 a todas las resoluciones y comunicados de la OTAN y Washington. Putin ha medido cada paso y sus posibles consecuencias.
Las sanciones econ贸micas de Estados Unidos han sido raqu铆ticas. Por su parte, los europeos han mantenido cautela en este cap铆tulo porque dependen de las importaciones de petr贸leo y gas de Rusia. Asimismo, Rusia es un mercado comercial de gran envergadura para las exportaciones europeas.
En cuanto a las amenazas estadounidenses de incrementar las represalias comerciales, Rusia ha respondido no temer esas medidas. Y 驴por qu茅 habr铆a de temerlas? Incluso, si afectaran el comercio de combustibles, Putin esconde en su manga un naipe vencedor: China. A este paso, la porci贸n oriental de Ucrania perfila algo similar a Crimea. Y, a mayor plazo, otros destinos del vecindario. Quiz谩s el compromiso de no habilitar esas zonas para la OTAN ser铆a un calmante temporal