Un vendaval noticioso ha sacudido los oscuros rincones de las agencias de espionaje de Estados Unidos. El jueves, la prensa en Washington dio a conocer muestras de los archivos de los servicios de inteligencia americanos para divulgar que cruciales informaciones atingentes a la seguridad del pa铆s eran retenidas para evitar su arribo al presidente Trump.
驴C贸mo es eso que informaciones urgentes sobre EE. UU. , recogidas por el espionaje norteamericano en el exterior las escond铆an de Trump? Pues, as铆 ha ocurrido como consecuencia de la estrecha cercan铆a con Rusia del presidente Trump y algunos cercanos colaboradores, lo cual era susceptible de dejar al descubierto los secretos de Washington.
Este desarrollo cr铆tico, seg煤n aseguran las fuentes, era producto de la desconfianza hacia Trump que se hab铆a extendido por los canales del espionaje a ra铆z de la enemistad, los ataques y las cr铆ticas de Trump hacia sus propias estructuras secretas. Al respecto, el d铆a previo al 鈥渄estape鈥�, el presidente acus贸 a las agencias secretas de propagar informes da帽inos para socavar su autoridad.
Sin embargo, ese era el cuadro resultante de las peripecias de algunos colaboradores cercanos de Trump. Hasta ahora, solo el actor central, Michael Flynn, fue despedido, aunque en otras versiones se fue antes de que lo sacaran del ruedo. Alentado por el descenso del ruido en la prensa, Trump guard贸 en su cartera un par de figuras por si acaso. Entrevist贸 al c茅lebre David Petreus y aguardaba turno John Bolton, aunque el primero anunci贸 su salida de la contienda el viernes. Finalmente, el lunes, Trump design贸 en el cargo a otro militar, el general H.R. McMaster, de gran fama como estratega, lo cual le caer谩 de perlas para sus funciones.
Inmenso inter茅s han motivado algunos reportes emergidos del oscuro trasfondo del espionaje oficial, es decir, memorias internas de una poderosa fuerza dedicada a sonsacar informaciones de utilidad presente o futura. Sin embargo, hay resistencia oficial a divulgar nombres y detalles.
Revisando la prensa y, en particular, las corrientes de opini贸n en el Capitolio, luce inevitable la realizaci贸n de varias investigaciones y audiencias p煤blicas de comit茅s y subcomit茅s en ambas c谩maras. N贸tese que los republicanos tienen mayor铆a en la C谩mara Baja y el Senado y podr铆an influir, hasta cierto punto, en las decisiones de estos 贸rganos.
Con todo, ser铆a intolerable dejar flotar en el vac铆o las averiguaciones que el p煤blico asume como indispensables. Los enredos con Rusia no son simples juegos deportivos, y cualquier asomo de encubrimiento arriesgar铆a una marejada pol铆tica nociva para republicanos y dem贸cratas. Veamos si otro chaparr贸n cae en demanda de mayores y m谩s profundas indagaciones.